La Casa de la Aguada es una pequeña construcción ubicada junto al Puente Colgante de Valladolid, de mediados del s. XIX. Albergaba una máquinaria que bombeaba el agua captada en el cercano rÍo Pisuerga hasta la estación de trenes del Campo Grande para abastecer o “aguar” a las locomotoras de vapor. La aparición de los trenes eléctricos hizo que se dejase de usar y acabase siendo una ruina.
Con el propósito de rehabilitarla como restaurante se demolió casi por completo, excepto los muros de piedra. Se ha querido mantener su origen industrial mediante el uso de la madera, el acero sin tratar y el hormigón. La cocina, aseos y acceso ocupan la mitad de la casa, quedando la otra mitad completamente diáfana. El comedor, situado en la planta superior, se abre a la doble altura así creada.
La parcela se nivela y cubre con grava de piedra caliza. Se crea una zona cubierta junto al almacén exterior, formando una pérgola de palets que potencia el carácter industrial y proporciona sombra a la terraza, que se organiza en torno al brocal del pozo existente y que servirá de escenario.