La plaza del Poniente es un céntrico parque urbano que se abre en uno de sus laterales a la ribera del rio Pisuerga y al sol de la tarde, de donde le viene el nombre. La tienda es un local de dos plantas en esquina, en el centro de la plaza, acristalada completamente en sus dos frentes.
La intervención supone actuar en las fachadas y por supuesto en el interior.
En fachada se crean unas grandes celosías metálicas que van a filtrar la luz y las vistas que entra por los grandes escaparates, dando mayor privacidad a los clientes pero permitiendo la vista del interior desde una posición cercana a los vidrios. Se asemejan a grandes cortinas que se pueden correr y descorrer a voluntad.
El interior se vacia, exhibiendo la ropa en el perímetro, tras las celosías, formando un segundo filtro visual.
La planta baja es la zona más pública. Se crea una pasarela para pases de modelos y también para mostrar la ropa en una zona elevada, de manera que el cliente sienta que es un modelo más.
La planta superior es más privada, donde el trato con el cliente es más personal. La celosía del escaparate principal que da al jardín se coloca al interior. Hacia la otra fachada se coloca una cortina metálica que filtra de nuevo la luz.
Se usa el acero negro de manera generalizada, tanto en la fachada como en el interior, combinándolo con policarbonatos translúcidos y mobiliario de color negro que absorban el exceso de luz que entra desde el exterior y creando atmosferas íntimas y neutras, donde destaque el colorido de los vestidos.