El encargo propone la construcción de un área de servicio junto a la autovía que une Cantabria, en el norte de España, con el interior del país, en una zona montañosa limítrofe con la comunidad de Castilla y León.
El Proyecto pretende reivindicar la posibilidad de crear arquitectura en una tipología edificatoria, como la de las gasolineras y áreas de servicio en las que la imagen final suele ser el anodino resíduo visible del proceso ingenieril.
Hay una voluntad de sensibilizarse con el entorno de la montaña palentina, mediante un juego de cubiertas inclinadas que subrayan el perfil quebrado del horizonte. A la vez, los pórticos sobre las marquesinas de repostaje son el umbral que da paso al conductor a la comarca del Campoo cántabro que se vislumbra en la lejanía.
Se separan los usos de hostelería y tienda en edificios independientes, lo que propicia una imagen mas fragmentada y reduce la escala del edificio en relación con el entorno. En el interior se busca una imagen industrial, con soleras de hormigón pulido, muros de fábrica pintados e instalaciones vistas. La decoración con madera es el contrapunto cálido y el eco del diálogo establecido entre las cubiertas y el paisaje exterior.
Esto ha permitido la ejecución de la obra civil, urbanización e instalaciones con un presupuesto muy ajustado, de 1.000.000 €, impuestos no incluídos.