ESTACIÓN DE AUTOBUSES. TORO. ZAMORA. 2003

Organización funcional dentro de un solar alargado en la zona nueva de Toro: los autobuses llegan a una plaza cerrada al fondo por un sencillo paralelepípedo de ladrillo (material propio de la zona) , del que solo sobresalen dos cajas: una en el acceso peatonal, y otra sobre la cafetería, rompiendo la cornisa del paralelepípedo a modo de cartel para indicar al  viajero que ha llegado a su destino. Estos tres elementos definen la primera imagen del edificio.
Ya en el interior, todo el programa se agrupa en otra caja, descentrada y sin tocar el perímetro del paralelepípedo,  forrada de madera, que contiene los aseos, las taquillas y la cocina, rematándose con la barra de la cafetería, que se integra en dicha caja. Un gran ventanal corrido en el alzado posterior permite a los viajeros ver el patio de maniobras de los autobuses en todo momento. Una gran pérgola metálica, perpendicular al edificio principal, protege los accesos a los autobuses, y cierra uno de los laterales de la parcela.