PAVIMENTACION DE LA CALLE REAL DE URA. COVARRUBIAS. 2022

Ura es una pequeña pedanía de 20 habitantes. Hasta hace poco no tenía mas acceso que un camino a través del monte desde Covarrubias y una pista de grava desde Puentedura. Su única calle, la calle Real, es la que unía esos dos accesos atravesando el casco urbano.

Geológicamente, Ura se encuentra en medio del desfiladero que el rio Mataviejas ha ido tallando con los siglos. No en vano, ura significa agua en euskera. La calle Real discurre junto al rio, inserta en medio de una estrecha y serpenteante garganta rocosa de conglomerados calizos con múltiples inserciones ferríticas que les dan su característico color  de óxido rojizo. Las casas se disponen a ambos lados de la calle Real, y dejan entrever desde múltiples ángulos las rocas, siempre presentes, vigilando a sus habitantes. La calle Real es una prolongación del desfiladero, y constituye la salida del estrecho cañón, acompañando al rio Mataviejas hasta su desembocadura en el Arlanza.

El consistorio de Ura quería renovar su única y principal calle, pavimentada con un hormigón muy deteriorado. El material utilizado va a ser el adoquín de hormigón, por precio y durabilidad. Se escoge un único modelo, pero se juega con el color de la circundante roca, de manera que el suelo  del camino del desfiladero tenga su continuidad a través del caserío, con contínuas referencias visuales a los farrallones calizos oxidados.

No se utilizan líneas geométricas para el trazado de las pendientes, sino que el adoquín, por su geometría y colocación, se adapta a las pequeñas cárcavas y curvaturas del terreno. En cuanto al dibujo, se usan  dos disposiciones diferenciadas.

En el trazado longitudinal de la calle se utiliza una abstracción cromática de la roca, disponiendo manchas aleatorias de colores grisáceos, negruzcos y rojizos. Se adoptan unos parámetros de proporción de colores y colocación, dependiendo de su posición en el trazado de la calle.

La calle presenta dos pequeños ensanchamientos  que se abren hacia las huertas que acompañan al rio, uno de forma triangular y otro cuadrado. En estos espacios la colocación se distribuye por bandas paralelas a la calle, entre las que se dibujan “surcos”, jugando con la geometría proveniente de la parcelación estrecha y alargada de las huertas.